29.7.08

¿Le conté alguna vez lo del hombre que enseñó a hablar a su culo?

SCHAFER.- Me parece que voy a volver a la cirugía normal de toda la vida. El cuerpo humano es una ineficiencia escandalosa. En vez de tener una boca y un ano que se estropean, ¿porqué no tenemos un solo agujero para todo, para comer y para eliminar? Podriamos ocluir boca y nariz, rellenar el estómago y hacer un agujero para el aire directamente en los pulmones, que es donde debía haber estado desde el principio...

BENWAY.- ¿Y por qué no un glóbulo para todo? ¿Le he conté alguna vez lo del hombre que enseñó a hablar a su culo? Móvía el abdomen entero arriba y abajo, pedorreaba las palabras.

El habla del culo aquel tenía una especie de frecuencia intestinal. T e pegaba justo en los labios, y te entraban las ganas. Como cuando el colon avisa y sientes una especie de frío por dentro y sabes que no tienes más remedio que soltar la tripa, ¿entiendes? Pues aquella voz te pegaba justo ahí abajo, un sonido espeso, pringoso, borboteante, un sonido que se podia OLER.

El hombre trabajaba por las ferias y al principio era como un número de ventrïlocuo nuevo. Y muy divertido, además, por entonces. Hacía un número que se llamaba "El Ojo Mejor" que era la monda, se lo juro. Se me ha olvidado cómo era, pero era muy divertido.

Algo como: "Oye, tú, ¿sigues ahí abajo todavía?
-¡No! ¡Me he ido a cagar!

Al cabo de un tiempo, el culo empezó a hablar por sí solo. Salía a escena sin nada preparado y el culo se ponía a improvisar y le daba la réplica en los chistes todas las veces.

Luego fue desarrollando una especie de dientes, como ganchos ásperos curvados para adentro, y empezó a comer. Creyó que era algo simpático y montó un número con eso, pero el ojete se dedicaba a comerle los pantalones y quedar al aire y empezar a hablar por la calle, vociferando que quería igualdad de derechos. Y además se emborrachaba y le daban lloronas, que nadie le quería ni le besaban, todas las bocas. Y acabó por pasarse hablando todo el día y otra vez, darle puñetazoz, meterle velas encendidas dentro, pero nada servía de nada y el ojete le dijo: "Al final serás tú el que se calle, no yo. Porque ya no haces ninguna falta. Y puedo hablar y comer y cagar."

Lo único que el ojo del culo no podía era ver. Necesitaba los ojos. Pero las conecciones nerviosas quedaron bloqueadas e infiltradas y atrofiadas y el cerebro no podia seguir dando órdenes. Estaba atrapado en el cráneo, tapiado. Durante un tiempo podía verse a través de los ojos cómo sufria el cerebro, silencioso e impotente, pero seguramente se murió porque los ojos se apagaron, y ya no reflejaban más sentimientos que un ojo de cangrejo en la punta de una antena. ..


William S. Burroughs
EL ALMUERZO DESNUDO

3 comentarios:

Oscar dijo...

yo les he enseñado a hablar a las arañas

Aria Auschwitz dijo...

No le entendí al cuento,dímelo con manzanas....

Edí dijo...

jajajaja... las arañas hablan!.
inchi Carlitos, tu diario, pues nada, es una linda historia y las manzanas son venenozas!...